El dia de hoy me encontré con una nota que -como dice Carlos Marin- me puso en la disyuntiva entre el "ay nanita" y el "ah chingá". Me explico. Con motivo de los 50 años de la muerte de Pedro Infante, salieron con la brillantisima idea de proponer una medalla al merito en honor del idolo de Guamuchil.

La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados estudia la posibilidad de crear una institución que impulse y apoye a los músicos, actores y cantantes del género vernáculo, así como una medalla al Mérito cultural en honor a Pedro Infante.

La diputada priista (vale...) Beatriz Pagés, quien es hija del fundador del Semanario Siempre, Jose Pagés Llergo, como integrante de la Comision de Cultura de la Camara de Diputados, es quien da la entrevista a El Universal con respecto a la propuesta.

Amén de que el tema de la cultura en este país debería tener en sus manos proyectos infinitamente mas importantes que este, me parece que el hecho de que el Congreso se aviente la puntada de crear una medalla en honor de un personaje recordado por hacer papeles cinematograficos de macho, mujeriego, parrandero, jugador, borracho y buscapleitos es -por decir lo menos, una acción absolutamente retrograda.

No me malinterpreten, el Sr Pedro Infante merece todos mis respetos como artista y como persona, y me queda claro que su obra debe ser analizada en su contexto y de acuerdo a su cirunstancia, pero el fenomeno que en aras del rating se niega a pasar a mejor vida, dista mucho de darnos el 'rol model' que como sociedad necesitamos en el nuevo milenio.

Mientras haya gente que crea que los rasgos de los personajes interpretados por Infante (macho, mujeriego, parrandero, jugador, borracho y buscapleitos) son cualidades dignas de exaltarse, podremos explicar muchos de los males que aquejan a la sociedad mexicana.

Y no me refiero unicamente a las borracheras y demas gracias que -no se por que- hacen las delicias de millones de mexicanos, sino a otras actitudes igualmente deprimentes:

"Nosotros los pobres", "Ustedes los ricos"

"Pobre pero honrado..." los pobres son siempre inherentemente buenos, los ricos son siempre malos, si un pobre se hace rico se vuelve malo (o adquiere problemas espantosos que jamas habría tenido de ser pobre), si vuelve a ser pobre vuelve ser bueno.

Conclusion: ser pobre es bueno, ser rico es malo y de ahi para adelante. Es toda una forma de pensar que se ha ido perfeccionando de generacion en generacion. El orgullo de ser pobre (y ademas la firme creencia de que el sufrimiento es disciplina olimpica).

Hay por ahi una cancion de José Alfredo Jimenez que resume magistralmente esta filosofía.

No hay nada malo en ser pobre, pero tampoco hay nada de malo en ser rico, pero desde el momento en que lo vemos en terminos de los buenos y los malos, abordamos un coctel molotov que tras decadas de añejamiento nos entrega resultados sociales desastrosos.

Si le rascamos tantito, podriamos encontrar la explicación a esa mexicanisima version del complejo de edipo que tanto disfrutamos los tenochas en las faldas de Sara García.

Creo que hoy día necesitamos idolos nuevos, con una imagen mas sana y una mentalidad mas progresista. Gente que pueda realmente ser ejemplo para toda una generacion de mexicanos que ya merece ver la suya. Dejemos de vernos reflejados en ese loser sufridor profesional llamado Pepe el Toro y empecemos a reflejarnos en personajes ganadores.